La Balsa de la Medusa
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La Balsa de la Medusa
Creada por Gericault, es
reconocida como insignia del movimiento romántico francés: utilizando tonos
apasionados y tétricos. Gericault logró realizar una gran pintura al óleo que representa
una negligencia del estado francés. La obra se
encuentra en el Louvre.
La historia que hay detrás
de la pintura es impresionante, pues fueron sucesos horribles de Francia. El
barco fue náufrago en frente de las costas africanas, solamente un grupo
pequeño de pasajeros sobrevivió gracias a una balsa que construyeron de forma
inmediata. Desafortunadamente las tropas francesas los observaron, pero nunca
los recogieron. El acontecimiento causó gran
impacto en la época y llegó a ser un escándalo internacional, descreditando a
las autoridades francesas por la negligencia e irresponsabilidad de colocar al
timón de una embarcación a un personaje carente de condiciones para el
ejercicio del cargo. Los sobrevivientes tuvieron que sufrir muchas
situaciones, como el hambre o las enfermedades, hasta llegar a comer los restos
de muchas personas que no alcanzaron a sobrevivir. Los que vivieron fueron
encontrados por un carguero que los llevó a Francia.
Después de escuchar la
historia y con la intención
de provocar un golpe de efecto que pudiera relanzar su carrera y crearle una
reputación, Gericault decidió hacer
una pintura que narrara este hecho: una obra enorme de casi 5 metros de largo y
más de 7 metros de ancho. La escena describe el preciso momento en que aquellas
personas veían la llegada de un barco francés que nunca fue por ellos. El
cuadro representa múltiples poses y expresiones, la desesperación o el
entusiasmo. Gericault logró buscar y plasmar distintos tipos de angustias,
exagerándolas por completo. Se dice que
Gericault, antes de emprender su trabajo, hizo varias horas de investigación,
entrevistando a algunos de los sobrevivientes, logrando interpretar los
sentimientos de los pocos náufragos rescatados en una conmovedora obra con
tonos grises, luces, sombras y amenazantes nubarrones en aguas tormentosas,
como si fuera el escenario de la odisea.
Al principio, él no se basaba en criticas artísticas, sino por su contenido político, además de narrar una historia real. Sin embargo, es probable que Géricault no quisiera provocar un escándalo, simplemente forjar una reputación o hacerse famoso, llegando a ser una influencia para artistas emergentes y ser pionero del romanismo francés.
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